domingo, 6 de febrero de 2011

6.-Gracias por los recuerdos

-fanfic-


El Real Madrid se llevó un partido que hace honor a su historia. Ante el Sevilla, con todo en contra, el once blanco sumó tres puntos de oro en su lucha por el título de Liga. Un gol de Di María en el minuto 76 pudo con un arbitraje nefasto de Clos Gómez, que perjudicó de manera reiterada al Real Madrid expulsando de manera injusta a Carvalho y no pitando un claro penalti de Escudé sobre Granero, y con un Sevilla más pendiente de cerrar su portería que de buscar la de Casillas. Al final, 1-0 y los blancos ya suman doce de doce en el Bernabéu.

-Vamos Daniel—dijo Lisa con una sonrisa— salúdalos.

El pequeño Daniel apenas y podía creer que eso era realidad, su corazón se disparo a los cielos, se sentía en el mismo paraíso, sus ojos no eran capaces de captar todas las imágenes que podía ser fue por eso que Lisa se ofreció voluntariamente a tomar las fotografías, ya planearía hacerle un regalo a su pequeño amigo Daniel. Al principio no se sentía en confianza pero después de haber saludado a su más grande ídolo, continuo haciendo miles de preguntas a la escuadrilla.
La inocencia de un niño, lo más hermoso que alguien puede tener y el más grande tesoro que una persona puede guardar. Cuando se es niño, todo se puede y nada es imposible ¿Cómo es que llegamos a un punto en nuestra vida que no creemos ni en nosotros mismo? Por eso, Lisa había aprendido de Daniel a no rendirse y luchar por lo que más le apasionaba. Hubo una pequeña ceremonia –claro para la prensa y fundación- Lisa participo en las fotos como representante y dio un pequeño discurso alentador. Y así termino un veinte de diciembre del dos mil diez, a mitad de la tarde, una navidad por llegar y con un gran sueño cumplido.
Los padres de Daniel, María y Benjamín agradecieron de una y mil maneras a la chica Lisa que, solo terminaba de cumplir un sueño que también se convirtió en el suyo. Ella sabia que a pesar de haber participado en algo de esta magnitud su madre no la voltearía a ver, ni sus hermanos, otra navidad en solitario. Como le gustaría al menos tener vivo a su padre, el siempre le daba consejos de la vida, le ayudaba en sus problemas profesionales y siempre les decía “Si de algo estoy seguro es que al final del día, tu familia es la única a tu lado”
¡Vaya mentira! ¿Qué podía saber su padre de familia? ¡NADA! El había nacido en pañales de oro, le habían criado con el pensamiento de comportamientos perfectos, pensamientos perfectos e incluso una familia tal cual. ¿En que había fallado? ¿Qué había hecho mal Lisa Gionettí? Estaba asqueada de comer una pierna de pavo del microondas o ponche enfrascado recién salido del supermercado, quería de nuevo su vida con las fiestas familiares, con los amigos incondicionales y quería…quería tener de nuevo a Florian junto a ella. Pero eso no era posible, la vida real era cruel e injusta y si fuese poco te embarra de una mierda llena de Machismos, capitalismos, racismo, y todo lo que terminara en ISMO. Lo único bueno de aquella chica en estos momentos era esa cuadrilla de 11 chicos, su mejor amigo Santiago y Daniel.
Era Veinte de Diciembre y como era costumbre, no sabia que hacer con su vida.

-¿Qué harán en Navidad? —pregunto Iker cuando la prensa se había ido, y con ello Daniel y los aficionados. Solamente estaba el equipo y los entrenadores después de una charla de buenos deseos porque pronto acabaría el año, un año largo y lleno de sorpresas, ilusiones, bondades, amores, desamores, virtudes, éxitos; en general, había sido un buen año con sus altibajos pero sin duda el dos mil diez quedo marcado en la vida de todos los que lo vivieron.
-Con mi familia—decía la mayoría como Xabi, Sergio, Canales, Arbeola, Mesut pero de todos la que no contestaba era Lisa. Ella y Cristiano entablaron una conversación para que no se les ocurriera preguntar alguno de los dos.
-¿Lisa, tu también con familia? —pregunto Iker acercándose a los dos.
-Si a familia te refieres con…televisor y una gran copa de vino—contestó sin ánimos—entonces SÍ.
-¿En verdad? — Preguntó el chico interesado— ¿Tu mamá, tu papa, hermanos?
-Mi padre murió hace un año—contestó— mi madre no me quiere ver, y mis hermanos están haciendo su vida por algún lado del mundo.
Casi todos escucharon aquella conversación, podían jurarse unos a otros de que ella era la típica niña familiar con colores estridentes como rosa, morado y lila. Que tenia mascotas como si fuesen collares pero aún así amaba con pasión el Futbol y ellos lo aceptaban, pero no así de esta manera. La otra mitad se sintió identificado con Lisa; pero como todo capitán de un buen equipo nunca iba a dejar solo a ni un cabo.
-Entonces, estas invitada a pasarla en mi casa con mi familia—le dijo con una sonrisa honesta y sincera- No tienes que llevar nada, en verdad.
-Pero Iker…
-He hablado— y la miro a los ojos como un hermano mayor mira a su hermana con un gran amor fraternal— Nosotros somos ahora tu familia. Otros años han ido uno que otro del equipo.
-Es cierto—murmuraron el par conformado por Pepe y Marcelo. Lisa clavo su mirada en aquel joven de veintisiete años, era sin duda la mejor noticia que le habían dado en meses. Pero no podía entrar a casa de alguien así como así, su familia que iba a pensar, una desconocida nada más.
-Pero tengo a Santiago—se excuso por segunda vez.
-Llévalo—contesto de nuevo— vale, te dejo que lo pienses ¿si?

Lisa sonrió agradecida; en ese instante miro a Mesut, no lo esperaba, no le importaba, quería mirarle; quería ver su cara por ultima vez porque no sabia cuando seria la próxima vez y aunque sonara estúpido, tal vez seria el próximo año. Se sintió desdichada, en cambio Mesut no esperaba que las cosas sucedieran así de rápido, le preocupaba el hecho de que ella no tuviera un lugar en su familia, le preocupaba que no la recogieran cuando le habían prometido hacerlo; Lisa no había podido decirle que había estado fantástico en el partido de hace dos días, su técnica, su velocidad e incluso su magia y don solamente era para que ella lo admirara, cada día más. Y a él se le grabaron sus palabras de aquella noche “Aquí entre nosotros: Eres mi favorito”.

-¿Sigue en pie lo de la noche de videos? —se acerco ella con la sonrisa que le encantaba— Quiero decir que, estuviste grandioso en el partido.
-No es nada—contestó el chico ruborizado— ¿no tienes planes? — preguntó alzando las cejas, el pensó que tendría algo mejor que hacer que pasar el día con él— Digo, iré con mi familia de hoy al 25.
-Cuando regreses ¿tendrás tiempo? —le pregunto ella— ya sabes, me gustaría pasar tiempo con personas que valen la pena.
-Eso nos convierte en amigos—murmuro el con una sonrisa.
-Deberías tener ya mi teléfono— vacilo ella recordando su platica— y aunque no conozca a tu familia, les mandas mis saludos y que tengan un buen año nuevo.
-No te gustaría conocerla—contesto él por lo bajo, recordó a su padre Mustafa, sus tres hermanos y su madre. No podría presentarla sin que pensaran que fuese una chica que le gustara, ella era una amiga y por supuesto que era bonita.
-Entonces… solamente feliz navidad— se acerco para abrazarlo, Mesut no sabia donde colocar sus manos, si en sus hombros o en la espalda de Lisa. Sintió de nuevo aquel hueco en el estomago y pensando que tenia hambre se apresuro a despedir a su amiga.
-Igualmente Lisa— sonrió antes de darse la vuelta a las regaderas— Hasta pronto.
Lisa se apresuro a salir de los vestidores, le era incomodo ver a la mayoría sin camisa. Le gustaba, como a cualquier otra chica pero, cuando creabas un lazo fraternal con ellos las cosas cambiaban, al menos para ella,  y con algunos.
-¿Qué es lo que bebes? —le pregunto Lisa viendo a cristiano sentado en los pasillos fuera de todo el jaleo.
-Orín de lagarto—contesto mirándola de reojo, esta le proporciono un manotazo en el hombro— Zumo de naranja. ¿Quieres?
-No gracias—contesto sentándose a su lado y coloco su cabeza en el hombro de este— Tengo ganas de llorar—confesó ella sin querer decirlo; el sorprendido por la confianza que emanaba el momento paso su mano en su cabellera castaña y suave.
-¿Y a que viene eso? —le preguntó con cariño.
-Extraño, extraño a Florian—confesó con la voz tan baja y débil— hoy me di cuenta de eso y-y es feo.
-¿Florian es de quien nos contaste? —quiso saber él.
-Si—contestó mirando a un punto fijo dejando que el dolor entrara— es amigo de Santiago, bueno es que Santiago es medico ahora es su ultimo año como residente en cirugía pediátrica.
-¿En verdad? —Preguntó asombrado— no parece bueno, los doctores no son guapos…mierda, he sonado marica.
-¿Qué si no? —rio por lo bajo— y lo conocí cuando fui a una fiesta de ellos. Es un medico de guardia.
-¿Mayor? — rió con un tono pervertido— te gustan grandotes.
-Eres un estúpido—contesto ella roja como un tomate— me gustan como sea.
-¿Cómo canales? —pregunto. Lisa pensó unos segundos— necesita que lo maduren ¿lo intentaras? ¿O quieres uno casado como Xabi o Álvaro?

Lisa abrió la boca para decir algo pero no le salieron palabras se sintió de nuevo como en aquellos meses, la gente la miraba como la amante, la pobre amante que dejaban con un oscuro pasado.

-Por eso, no tienes amigos— recriminó ella con un poco de furia.
-Es verdad—se encogió de hombros— se que no todos me respaldan aquí como he visto en otros equipos, y tal ves ni los necesito.
Cristiano ni lo vio venir, otro puñetazo en el hombro le llego de parte de la muchacha— con esa actitud no llegas a ningún lado. Esa es la actitud que la gente fracasada tiene, y no lo digo fracaso de dinero porque… ¿Cómo estas cagado en dinero? En eso, te admiro—dijo con una risa picara— aunque todo se lo debes a ese cuerpo que traes. Unos nos tenemos que ganar la vida con inteligencia ¿sabes?
-¿Por eso me odias? —pregunto el riendo— como ahora somos amigos, porque eso de extrañar a gente solo lo saben los amigos puedo decirte que… eres simpatica me refiero que, eres tan positiva que me dan ganas de golpearte, a todo le buscas una solución, amas el futbol y, tienes ojos acá hipnotizadores—Lisa se sintió grande, por el comentario que hacia una persona de su figura— y, pues…pues…
-Ya dilo.
-Estas buena—ella soltó una risilla mientras miro hacia los lados, sintió sus mejillas calientes.
-También estas bueno—contesto ella regresándole el cumplido— a penas a los 20 estuve así porque estoy segurísima que si me vieras a los 19 años, ni uno de ustedes me miraría y lo harían solamente si fuese una cajera.
-¿Tan mal aspecto tengo?
-Ese es el que te das—contestó ella— pero, me caes bien. Eres el tío Sam del equipo.
-¿Tío Sam?
-Pues el tío Sam de la familia, el único que ha quedado soltero y le cae mal a toda la familia por ser una especie de parasito y que se quiere ligar a las sobrinas o amigas. ¿Y sabes porque lo invitan todavía a las reuniones? —pregunto ella mirándolo. Este se encogió de hombros— Por que es parte del equipo, de la familia.
-No se si sentirme mejor o… feliz o decepcionado o algo—murmuro tras entender lo que Lisa dijo, de alguna forma era verdad.
-No importa—la chica se encogió de hombros y ahí venia las palabras que hacían sentir bien a cualquier persona—Te quiero tal y como eres.
-Mi mama también me quiere así—vacilo abrazándola con cariño— ¿Nadie te ha dicho que eres desgraciadamente una persona que se da a querer sin proponérselo?
-Muchísimas—vacilo esta, dándole un beso en la mejilla— Anda, el veinticuatro tenemos una cena y no vas a faltar.
-Yo estaré con mi hijo, mama y papa—contesto cambiando de tema radicalmente— y tal vez con mi novia.
-Ah vaya—comento ella recordando la real vida de ellos— ¿Sabes lo único que me caen mal de ustedes los futbolistas? Están bien pinches buenos y son casados.
 Y para hacer más obvia su escena, aparecieron los demás compañeros que iban a la salida—Malditos.
-Estas loca—contesto cristiano levantándose, Lisa lo siguió. Se coloco de nuevo su bolso cruzado y detuvo a la bolita que iba a la salida.
-Me voy—y se despidió con un beso a cada uno. Estos divertidos se lo devolvieron con exageración y promiscuidad— tengan respeto pasional.
—Espero tu llamado—dijo Iker cuando Lisa sostenía un cigarrillo.
-¿Alguno tiene encendedor?-pregunto ella con dificultad. Ellos negaron con la cabeza—Ah creo que en el auto…bueno adiós.
Abrió la puerta y se dirigió al auto negro que traía para regresar directamente a dormir. El camino se le hizo pesado, aquel cigarrillo no había servido en nada, tenia ganas de dormir una semana entera, el día había sido agotar, revelador y sin duda uno de los mejores que había tenido.
Bajo del garaje sin mirar alrededor, sin mirar aquel BMW rojo que en un tiempo le gusto tanto. Solamente acciono el pestillo del seguro, abrió la reja y cruzo el patio de su casa; tenia guardada la colilla del cigarro la cual pateo antes de cerrar la puerta y como era costumbre aventó sus zapatos, coloco su chaqueta en el perchero pero esta vez, se quito la blusa para quedarse en una de tirantes y camino directo a la sala.
En aquel momento sintió que el mundo entero se sacudió dejándola a un lado, sintió que su corazón se disparaba al cielo y no dejaba de sentir mareos que no la dejaban pensar bien ¿Era…e-era el? ¿Estaba ahí? ¿O era un espejismo? Quería que la tierra se abriera y la tragara para eliminar sus pensamientos.

-Buenas Noches—contesto aquel hombre con cortesía pero al mismo tiempo con su peculiar tono lleno de narcisismo.
-Buenas Noches—contestó Lisa con un nudo en la garganta. Gracias a que dios la hizo contestar— Me iré a dormir Santiago.
-¿No te molesta que se quede a dormir? —pregunto su amigo que a su vez sentía en el alma aquella escena, la miro con ganas de decirle que lo sentía. Pero también era su amigo, el mejor que el había tenido en su estadía en Alemania y, necesitaba de él.
-Esta todo bien—intento dibujar una sonrisa, sentía su garganta tan seca que un desierto pero no, se iba a aguantar las ganas de ir a la cocina y solo se coloco la mano en ella como si eso apagara la sed— Hasta mañana.

Se dio la vuelta para ir directo a la biblioteca, necesitaba leer…distraerse porque sabía que no le iba a ser tan fácil dormir. Ya no más, ¿Por qué maldita sea lo convoco aquella tarde? Sentía que el cuerpo le temblaba, y en cualquier momento se iba a desmayar.

-Lisa ¿Puedo entrar? —pregunto de nuevo aquella voz.
¡EN LA PUTA MADRE!
Se limito a escoger un buen libro, ni pesado pero ligero-¿Vas a leer? —pregunto de nuevo aquel hombre. Lisa no se quería voltear, no quería ver su cara, cerro los ojos inspirando desde muy adentro-Me gusta como luces cuando lees.
-Pues ya no leeré—contestó ella lo más segura que pudo, dándose una vuelta. Para su sorpresa el ya estaba junto a ella, fue demasiado. Tenía su esbelta figura frente a ella después de tanto tiempo, quería tocar su pecho y su cara; pero no esta vez, no iba a caer. Lo había olvidado, y dejado en el olvido.
-¿Por qué no me miras a los ojos? —le pregunto tocando la barbilla con uno de sus dedos. Ella se encogió sus hombros por el contacto y alzo la mirada dispuesta a que sucediera lo que sabia que pasaría; los miro y eran más hermosos como los recordaba, de un verde aceitunado que te hacían vagar entre ellos, te dejaba vislumbrar su alma. Y por desgracia para ella, no se había puesto feo. En cambio, estaba más guapo y bueno.
-He tenido un día muy agitado Florian—contestó ella colocando el libro en donde esta su corazón— si me disculpas, iré a dormir.
-Nos vemos entonces en la mañana—contesto él con la sonrisa que dejaba a la vista sus hoyuelos; tenia la sombra de la barba que tal vez en algunos días saldría con más empeño y debajo de aquellos ojos, habían bolsas purpuras creadas por tanto desvelo y malas noches.
Lisa no respondió nada, se aparto de él y subió las escaleras para cuando entrara a su cuarto y acostara en la cama, cerrara los ojos entrando en un profundo sueño.



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4 comentarios:

  1. a Lisa le gustan los mayores O.O
    fuma....
    jajajajaja, vaya me sorprende el personaje, muy bueno ehhhh muy bueno ;)

    de otro lado Mesut *o* (baba al extremo)

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  2. uuu esta interesante ya quiero leer el proximo !
    =)

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  3. CHICAAAS NO TENIA INTERNET /:
    Ahora les subo dos capituloooos!

    GRACIIIIIAS =d'

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